Cuando el río del amor fluye
no hay nada que lo detenga.
La hoguera sigue inflamada,
ni el agua puede exterminarla.

Permanecer siempre contigo
es la obsesión de mis deseos.
Te amo, y es lo que importa;
lo demás lo doy de añadidura.

Una oleada de calor me llega
y se posa dentro de mi cuerpo.
Es agradable oír caer la lluvia
aunque la llama siga ardiendo.

No podré apartarte ni olvidar;
tampoco cambiar lo que pasó
ni pensar que jamás brotó.
Existió y no se podrá ignorar.

Qué poco me importaría morir
si dejo de vivir mientras sueño.
Nacimos para querernos,
y solamente lo sabemos tú y yo.