Dominadora presencia

¿De qué latitudes profundas del tiempo viene el alma, después de su recorrido secreto? Durante su larga ausencia, misteriosa desaparición y prolongado silencio, ha vuelto el alma, tomando la forma alada (igual que en las iconografías orientales). Ha vuelto, y tú la has sorprendido, en su descenso, vuelo bajo y aleteo pausado sobre la superficie del mar que va despertando a su roce… Contemplas el beso del alma, en la que reconoces un rostro, el amado rostro que siempre estuvo cerca de ti, insistente presencia, permanente e inalterable en sus bellos y dulces rasgos. Ella, Anna Georgiades Capsomúnoglu, estaba esperándote junto a ese mar de Estambul; en las calles, en los parques, en los puentes, en los barcos… en los rostros de todos aquellos seres con quienes te cruzas… Eres tú la que ha vuelto, insistiendo; y todo, en la Ciudad es viejo y es nuevo, es pasado, presente y futuro. Ella está en su ambiente, en su luz, y va contigo, alma recuperada, blancas alas que cruzan las brumas sombreando apenas el azul marino.

Descalza por el Mármara (Punto Rojo. Colección de Poesía. El Egido, Almería, 2014) es el reciente libro poético de la escritora y poeta Amelia Moncada Georgiades, cuya procedencia se confunde con el Mediterráneo entero. Acaso sea este título último de Amelia el culminante de una obra que, en breves años fructíferos, se ha ido escribiendo para alcanzar ser un conjunto de diversos frutos; sí: una auténtica satura (definición latina, feliz, de la abundancia), bellamente dispuesta para el saboreador de poesía. Como en Nostalgia de un pasado, un poema donde la cotidianidad no evita la belleza de lo inmediato. “Nos paramos unos momentos para mirar los gatos. En Estambul es frecuente encontrarlos, no hay calle que pases que no tropieces con alguno, es característico de ese país desde tiempos antiguos” (pág. 97).

Descalza por el Mármara, que será presentado en el Museo Ramón Gaya, el miércoles, 26 de marzo (a la ocho de la tarde) va acompañado por un prólogo y un epílogo que ensalzan pero no añaden valor al libro. El prólogo refiere la génesis y el desarrollo del mismo; y de esa alma que lo abarca todo, que guía a Amelia Moncada Georgiades por la ciudad de su madre, y la retorna a lo que ocurrió y esperaba en el seno protector de la memoria contra la crueldad del tiempo. Ese prólogo, cuya autoría es de quien estas palabras escribe, da la mano al lector para seguir el paso de Amelia en pos de su origen. Las palabras que cierran las páginas de Descalza por el Mámara son del joven poeta mexicano Ricardo Mariano Pedraza Solorio, y constituyen un ‘monólogo’ que concluye en un diálogo entre México y España. Una alabanza destinada a la autora que, desde Carolina del Sur a Murcia, llega oportuna: “En mis tierras tu nombre anda peregrinando con tus sentimientos, llenando de sutileza los corazones que con tu poesía vas conquistando”  (pág. 115).

¿De qué latitudes profundas del tiempo viene el alma, después de su recorrido secreto? Regresó el alma, en un alado símbolo, sobrevolando el Mármara; vuelve al lugar humano y sacro desde donde partió.

Soren Peñalver