Persevero para que me des tu acceso
para poder instalarme en tu corazón.
Seré el lecho constante de tu destino
y me llevarás por la senda de tu gozo.

Espero ser fuerte y explorar tu edén;
desaparecerá tu desolación e insomnio.
Recolectaré todo lo apacible que halle
para que endulces tu vida con mi miel.

Lucharé siempre contigo con honradez,
aunque tenga que llevarte de la mano.
Yo jamás te abandonaré ni en el peligro,
porque mi sisceridad es inquebrantable.

Acoplaré nuestro sentimiento congelado
y lo abrigaré para que le vuelva el fuego.
Se reaviva su lumbre de continuo otra vez.
Búscala en los corazones y lo encontrarás.

Gozaremos de las satisfacciones soñadas
en un cráter de luz y calor de diaria entrega;
de amor que yacerá en las ascuas activas
con mi piel erizada de deleites y pasiones.

Te amo con mi mirada ansiosa de deseos
y me cogeré a tu cuerpo inmediatamente.
Tus versos los instalaré lo antes que pueda
para ver si los consigo escuchar en silencio.