Siempre Rilke
Rainer Maria Rilke (Praga, Bohemia, Antiguo Imperio Austrohúngaro, 1875-Val-Mont, Suiza-1926) es, junto con Friedich Hölderlin y Nietzsche, de los primeros poetas que conocí de nombre y en algunas traducciones más o menos de fiar. Nunca, después, he aprendido seriamente el idioma alemán; acaso porque nunca viví en Alemania, y mis caminos de juventud tomaron diversos rumbos.
Los tres poetas me han acompañado siempre, en francés, en castellano, en textos bilingües: en Francia, Italia,Grecia…, países que los tres amaron en esencia, por su espíritu, ejemplo y cultura; aunque, Hölderlin y Nietzsche no llegaron a conocer la tierra helena tan amada en su pensamiento y obra; una ‘asignatura’, un anhelo que yo cumplí por ellos.
Rilke, no solo para mí, es un poeta esencial. Dos amigos, de cultura y formación diferentes, edad y circunstancias sociales, aman a Rilke tanto como yo mismo. Los poetas Amelia Moncada Georgiades y Ángel Paniagua me comunican claves rilkianas a las que yo probablemente no habría llegado por mi sola capacidad. Amelia, en su avanzada edad, incluso ha peregrinado sola a los lugares que su maestro a hado nombradía: a nuestra Ronda, y este verano a Praga, de donde viene eufórica.
Mi deseo actual es aprender el hermoso idioma germano; y, aunque primeramente, no sea la causa Rilke de mi empeño, tampoco el gran poeta es totalmente inocente de ello. A todo me está ayudando un libro, que aunque no es precisamente reciente, es una novedad en nuestro idioma. Hace menos de un lustro, la Editorial Linteo de Orense le encargó a Antonio Pau (especialista en Hölderlin, Novalis, Rilke, Hilde Domin…) la traducción de Poemas en prosa/ Dedicatorias, y con gran introducción y muchas notas aclaratorias. No puede faltar en ninguna biblioteca en donde Rilke tenga su lugar privilegiado, este libro denso y lleno de belleza, cuyo contenido en su mayoría es inédito, e incluso en ediciones originales.
Hace exactamente 115 años, en una conferencia pronunciada en su ciudad natal, dijo Rilke que “la esencia de la poesía no es ni mucho menos una cuestión de rima y ritmo” porque “hay una poesía que se expresa en una forma alta y ligada, que es la prosa poética”. Esto era revolucionario entonces, y mucho más dicho por el poeta mismo, altamente lírico. Ha tenido razón. REcordemos que 1898 fue el año en que nació Federico GArcía Lorca…
Desde las primeras páginas, Poemas en prosa/ Dedicatorias nos llevan a un mundo irrepetible. Por ejemplo, al mostrador de un pescadero, en Nápoles; o a la Lou Andreas-Salomé de esa época, en la Rilke tiene poco más de veinte años, y pronto viajará a Rusia, acompañado de esa asombrosa mujer, donde visitará a su admirado Toltoi.
Volveremos sobre este libro, Sobre Rilke. Mientras atrevámosnos con el alemán: “Wie doch im Wort die Flamme herrlich bleibt. Die Zeit geht hin und Kann sie nicht verwehen…” (“Qué magnífica queda la llama en la palabra. El tiempo pasa y no puede apagarla…”). ¿Se puede decir mejor? (De la ‘dedicatoria’ a Theodora von der Mühll, Navidad de 1919).
Soren Peñalver