¡Ámame como te estoy amando,
que perezco al sentirme lejos de ti!
Quiero concebirte igual que antes,
cuando no te encontrabas cercano a mí.

Enciende de nuevo la efervescencia
que hacía vibrar mi cuerpo
en palabras mudas y en silencio,
que oía aun cuando un vacío nos desunía.

Los corazones sin contemplarse se seducían
porque brotaba en ellos las emociones,
y nos estremecíamos en el embeleso
que poseíamos en esos pasmosos intervalos.

¡Ay, vida, no se olvida este sentimiento!
¿Cómo soslayar esto que vida le dimos
y lo que guardamos dentro del alma?
Tú duplicaste mi felicidad a cien por ciento.

El destino eligió que nos encontráramos
e hizo que fecundara lo de nosotros dos.
¿Cómo vamos a luchar frente este amor
si sólo tú y yo sabemos comprendedlo?